UN POCO DE HISTORIA DE LA APROBACIÓN JURÍDICA DE LAS MISIONERAS DE LAS DOCTRINAS RURALES

 

 

Beato Tiburcio Arnaiz Muñoz S.J.

A principios de 1927, unos meses después del fallecimiento del Rvdo. P. Arnaiz S.I., María Isabel González del Valle, junto con algunas de las primeras catequistas, que deseaban continuar trabajando en las Doctrinas, alentadas por el entonces Provincial de la Compañía de Jesús en Andalucía, P. Juan Cañete, espigaron de entre las cartas y recuerdos que conservaban de su venerado padre espiritual, unas “normas” para el régimen interior de las que formaban parte de las Doctrinas y las condiciones para pertenecer a la Asociación. Este reglamento lo titulaban así: “Normas dadas por el padre Arnaiz de palabra y en sus cartas y que se escribieron a poco de su muerte”

Dichas normas, al cabo de un año, en 1928, las retocó el P. Bernabé Copado S. I., nuevo director de Mª Isabel,  que continuó dirigiendo las Doctrinas del P. Arnaiz.

Al texto primitivo se añadió una organización externa y hablaban de tres grados de pertenencia a la Obra, ya que como en tiempos de su fundador, no todas colaboraban de la misma forma ni tenían la misma disponibilidad. También hacían mención de un “consejo” que regularía el funcionamiento de la Asociación encabezaban así el reglamento corregido: “Normas dadas por el padre Arnaiz de palabra y por carta a las señoras de las Doctrinas Rurales para la buena marcha de la Obra”

Algunos proponían “reconvertir” este grupo apostólico, que había estado trabajando bajo las órdenes del P. Arnaiz, en un instituto religioso, sin embargo, la mayoría de las “doctrineras”, con Mª Isabel a la cabeza, intentaban conservar la forma y el método que su venerado Padre espiritual había impreso en la Obra, encontrando siempre apoyo, tanto en el Provincial de la Compañía como en el P. Copado, y bajo el amparo y autoridad de éste último, Mª Isabel desplazó su residencia habitual a Jerez, donde había sido nombrado superior.

P. Copado S.J.

El no obligarse con votos públicos Mª Isabel lo tenía muy claro desde que comenzó a llevar aquella vida, pues dificultaba los fines de la Asociación, y así, ya a principios de ese año de 1928, había escrito a una posible vocación: “… No es esto congregación religiosa ni tenemos votos ni noviciado. Cuando alguna se siente inclinada a unirse a nosotros, prueba si le gusta esta vida en cualquiera de los campos en que estamos, y al mismo tiempo vemos nosotras si tiene espíritu y aptitudes para esta obra…”

María Isabel González del Valle

En 1929, Mª Isabel coincidió con el Cardenal Primado, D. Pedro Segura, el cual quedó muy bien impresionado del apostolado que llevaban a cabo las continuadoras de la Obra del P. Arnaiz, y él mismo le pidió que hiciese un escrito explicando el origen, fines, normas, etc. de las Doctrinas, porque tenía previsto un viaje a Roma y vería si podía «hacer algo», en vistas a una aprobación oficial.

Lo que María Isabel le mandó, contrastándolo de nuevo con los Padres Copado y Cañete, fue, además de las Normas dadas por el padre Arnaiz con retoques, un resumen con el origen de las Doctrinas, la enumeración de los trabajos realizados y un apartado bastante elaborado, con el modo de gobierno y la organización interna de la obra, era un ensayo «de lo que podría ser», incluso el «nombre oficial» no lo daban por definitivo. Y de nuevo, aunque se exigía la práctica de los consejos evangélicos a las que formasen parte de modo permanente, se remarcaba que no hacían votos públicos:

P. Cañete S.J.

“… Esta asociación piadosa que podría llamarse Doctrinas de los Campos, tiene por fin la santificación de sus miembros mediante la enseñanza del catecismo en los campos, cortijos y centros pequeños de población que se encuentren privados de medios para conocer los principios fundamentales de nuestra Santa Religión.

Como asociación piadosa no tiene votos públicos ni casas de noviciado y formación…

teniendo en cuenta que esto supone la práctica constante de la pobreza, castidad y obediencia religiosas aunque no se obliga con votos por dificultar éstos los fines de la asociación…

 

 

El Arzobispo de Toledo fracasó en el intento, pero le escribía:

“26 de noviembre de 1929

Exmo. Cardenal Pedro Segura, Primado de España

Sra. doña María Isabel González del Valle

Muy estimada en el Señor: Dos veces hablé en Roma de su obra, mas no fue posible hacer nada concretamente práctico, cual hubieran sido mis deseos.

Algunos Prelados que la tienen en su Diócesis me hablaron sobremanera entusiasmados de la obra que están llevando a cabo, cada vez la creo más providencial, estimando que no puede quedar en la forma actual si se ha de atender a su perpetuidad; con todo Dios hará que suene la hora a su tiempo.

Se encomienda en sus oraciones su affmo. en el Señor que la bendice.

+ El Cardenal

En 1933 cuatro misioneras, junto con María Isabel, estaban decididas a entregarse, totalmente y de por vida, a este apostolado. Pero el P. Copado, apenas las dejaban trabajar, por el peligro que reportaba, dada la situación política y antirreligiosa que se estaba fraguando en España. Motivo por el que decidieron viajar a Roma, donde el Cardenal Segura las alentó a seguir evangelizando y las instó a que pidiesen Cartas Laudatorias a los Prelados con quienes habían trabajado, y a redactar unas constituciones para poder obtener una bendición pontificia.

Exmo. Cardenal Ilundáin (1862-1937), Arzobispo de Sevilla

Se recibieron las Letras Testimoniales de las tres diócesis en las que habían ejercido su apostolado:

  • Del Cardenal Eustaquio Ilundain y Esteban, Arzobispo de Sevilla:

“Atestamos que en esta Nuestra Archidiócesis de Sevilla, las Señoritas “catequistas, llamadas (vulgarmente) del P. Arnaiz”, se han ejercitado con grande celo y abnegación santa, produciendo copiosos frutos en la enseñanza de la doctrina cristiana y en la preparación para recibir los santos sacramentos y en la evangelización de los habitantes de barriadas de campo, apartadas de los grandes núcleos de población….

Sevilla 16 de Febrero de 1933”.

  • Del Doctor don Eugenio, Domaica y Martínez de Doñoro, Vicario Capitular del obispado de Cádiz y Algeciras, sede vacante (ya que el Obispo, con el cual habían trabajado mucho, tanto el P. Arnaiz como sus catequistas, había fallecido):

“Atestamos y certificamos:… que la Obra Catequística Rural fundada hace 11 años por el Rvdo. P. Tiburcio Arnaiz S. I. q. e. p. d.,… dedicada principalmente a la enseñanza del Catecismo de la Doctrina Cristiana, ha producido en esta Diócesis grandes y muy saludables frutos espirituales en las almas de los pobres campesinos que diseminados por las cortijadas, pagos y colonias, y distanciados de los núcleos de población carecían aún de la fundamental instrucción católico-social; atendiendo con su apostolado verdaderamente heroico a las distintas necesidades de los dichos campesinos… quedando altamente reconocido en todos los casos el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo que fue de esta Diócesis, Dr. don Marcial López Criado,… al incansable celo de las beneméritas catequistas… y singularmente al celosísimo padre Arnaiz, alma de esta Obra providencial; entendiendo Nos, que la mencionada Obra… se recomienda por sí misma y es de imprescindible necesidad su conservación y propagación…

A veinticinco de Febrero de mil novecientos treinta y tres”.

  • San Manuel González, obispo de Málaga

    De San Manuel González, Obispo de Málaga:

“Atestamos: que en nuestra Diócesis de Málaga se constituyó, hace varios años, un grupo de Catequistas seglares bajo la dirección del apostólico P. Arnaiz… las que viviendo unas veces reunidas y otras con sus respectivas familias, desde sus comienzos vienen trabajando con un celo y una abnegación admirables en la evangelización de los pueblos pequeños y de las barriadas del campo,…

Por todo lo cual: Nos hemos visto con suma complacencia y hemos bendecido siempre los apostólicos trabajos de éstas abnegadas Catequistas seglares y con mucho gusto Nos unimos a la petición para obtener una Bendición amplia de la Santa Sede que como bendición de Dios, les de nuevos alientos para seguir trabajando y haga que su labor produzca cada día frutos más abundantes de Evangelización en las almas de los pobres.

… Madrid a 1º de Marzo de 1933”.

No obstante, se encontraron con que el Código de Derecho Canónico no contemplaba ninguna figura a la que ellas pudiesen acogerse sin cambiar su forma de vivir y hacer apostolado, por lo que Mª Isabel, aconsejada por el P. Pedro Vidal S. I., insigne canonista y consultor de varias Congregaciones, optó por resumir en un opúsculo titulado “La Obra de las Doctrinas Rurales”, la evolución de la Obra, su reglamento y las circunstancias en que se encontraba.

El Eminentísimo Cardenal Eustaquio Ilundain y Esteban, Arzobispo de Sevilla -diócesis a la cual pertenecía entonces la ciudad de Jerez- examinó este opúsculo, y el 13 de Noviembre de 1933, firmaba el siguiente documento:

“Nos el Cardenal Arzobispo de Sevilla.

Hacemos saber: Que Nos consta por propia experiencia de su actuación en nuestra diócesis, durante varios años, y por la lectura de los antecedentes alusivos al desarrollo de la ‘Obra de las Doctrinas Rurales’, vulgarmente conocidas con el nombre de Catequistas del P. Arnaiz, que dicha Obra es merecedora de aprobación y digna de ser bendecida por la Autoridad eclesiástica: por lo cual bendecimos y aprobamos la mencionada Obra de las Doctrinas Rurales, para la cual imploramos las bendiciones del cielo y la continuación de la protección con que la Divina Providencia ha amparado hasta ahora a las señoras y señoritas asociadas a dicha Obra de apostolado entre los campesinos de Nuestra diócesis y en otras de España.-Así mismo: a ruego de Dª María Isabel González del Valle, Presidenta de la Obra de las Doctrinas Rurales, hemos examinado atentamente el opúsculo titulado ‘La Obra de las Doctrinas Rurales’, en el que se hace historia del origen de esta Obra y se explica su naturaleza jurídica y su organización, y se contienen las Normas para su régimen interno y el ejercicio de su apostolado.

Y por lo que a Nos toca damos licencia para su impresión y divulgación.”

Exmo. Cardenal Irurita

En 1934, María Isabel González del Valle acudió al Excmo. y Rvdmo. Obispo de Barcelona, Mons. D. Manuel Irurita y Almandoz –en cuya diócesis estaba trabajando– para solicitar también sus Letras Testimoniales, con el fin de “elevar a la Santa Sede una súplica encaminada a obtener una amplia bendición para nuevos alientos a favor de los trabajos que viene realizando en la evangelización de las almas de los pobres”.

En su testimonio, Monseñor Irurita afirmaba que había podido apreciar –en los dos años que han trabajado en la ciudad de Barcelona– que “es Obra verdaderamente de Dios, pues así lo declaran los frutos extraordinarios de santificación que consiguen con la enseñanza del Catecismo a niños y adultos, con la frecuencia de Sacramentos que promueven, con la reconciliación con Dios que alcanzan pecadores endurecidos, y con la renovación de vida cristiana de personas apartadas de la Iglesia”. Y concluye: “Por todo lo manifestado, desde que hemos conocido esta Obra, no hemos dudado en alabarla y bendecirla, deseando que crezca y se difunda cada día más y más, y por ello, la consideramos muy digna de ser recomendada, como la recomendamos, por las presentes Letras, con el mayor interés a la benignidad y bendición de la Santa Sede… 19 de Abril de 1934

El 7 de Mayo de 1934, S. S. el Papa Pío XI, recibió a Mª Isabel y a las primeras misioneras en audiencia privada, las cuales suplicaron una bendición para la Obra. El Santo Padre escuchó con mucho interés y cariño, y dio manifiestas muestras de agrado y aprobación en la exposición que se le hizo de la Obra.

Su Santidad Pío XI

“Se le oía pronunciar quedamente: « Ecco la vera Azione Cattolica! »  Entonces comenzó a decir: « Imploriamo dal cielo tutte le bendizioni, le piú larghe benedizioni, amplissime benedizioni per tutte e ciascuna di voi, per tutte e ciascuna delle vostre opere e missioni, per tutti e ciascuno dei vostri poveri, per tutti e ciascuno di quei che vengano a cercare il bene da voi… Dunque Benedictio Dei Omnipotentis Patris et Filii et Spiritus Sancti descendat super vos et maneat semper », subrayando esto último con gran amor y con gesto paternal y protector de entrambas manos sostenidas sobre nosotros”

El 27 de Mayo del mismo año, domingo de la Santísima Trinidad, el Papa remitió por escrito una bendición especial, a la “Obra de las Doctrinas Rurales”. Las últimas palabras, de puño y letra del Pontífice son: «Con mucho amor y muy de buena gana en el Señor».

 

D. José Guerra Campos, obispo de Cuenca

A raíz de la publicación del actual Código de Derecho Canónico (1983), donde ya tenía cabida como persona jurídica la Obra, tal cual había venido funcionando, y de la normativa posterior al Concilio Vaticano II sobre la revisión de Constituciones en los Institutos de Vida Consagrada y equiparados, la Asociación “Obra de las Doctrinas Rurales”    solicitó ante el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Cuenca, Mons. D. José Guerra Campos, erección canónica como Asociación Pública de fieles, fase preparatoria para formar una Sociedad de Vida Apostólica.

Lourdes Werner Bolín –primera sucesora de María Isabel González del Valle y, a la sazón, Directora General de la Obra– presentó al efecto las Constituciones revisadas y actualizadas, que recogen el espíritu por el que se rige la Obra desde 1926.

El 30 de Septiembre de 1988, Mons. D. José Guerra Campos aprobó mediante Decreto las Constituciones y, el 1 de Octubre del mismo año, erigió canónicamente la Asociación, con carácter público, con la denominación de “MISIONERAS DE LAS DOCTRINAS RURALES”.

 

GOBIERNO DE LA ASOCIACIÓN

Conforme con sus Constituciones (cf. artículos 12-22), el gobierno de esta Asociación se ejerce por una DIRECTORA GENERAL, cuyo cargo es vitalicio, asistida por un CONSEJO formado por seis Consejeras. Éstas son nombradas para un plazo de seis años y se renueva la mitad cada tres años.

DIRECTORAS GENERALES

  • Mª Isabel González del Valle

    MARÍA ISABEL GONZÁLEZ DEL VALLE Y SARANDESES (1898-1937). Fundadora y primera directora de la Asociación privada “Obra de las Doctrinas Rurales” desde la aprobación de los primeros estatutos en 1933, hasta su fallecimiento que se produjo el 6 de Junio de 1937 en Jerez de la Frontera.

  • Lourdes Werner Bolín

    LOURDES WERNER BOLÍN (1913-1997) Sucede a la Fundadora al fallecer ésta, en el año 1937. Dirigirá la Obra hasta 1989 en que presenta su renuncia por enfermedad. Durante su mandato se produce la erección canónica de la Asociación con carácter público y la aprobación de Constituciones que rigen actualmente a las misioneras.

  • Lydia Beltrán Beltrán

    LYDIA BELTRÁN BELTRÁN (1919-2005).

Ha dirigido la Asociación, desde el 7 de octubre de 1989 hasta el 10 de diciembre de 2005, en que se produce su fallecimiento.

  • MARÍA LETICIA MONTERO GRANADOS (1965).

Actual Directora General, elegida el 1 de enero de 2006.

María Leticia Montero Granados

 

 

 

 

 

TESTIMONIOS MÁS RECIENTES

D. Antonio Dorado Soto, obispo de Málaga

D. Antonio Dorado Soto, obispo de Málaga (1931-+2015)

Presentamos unos párrafos de los informes de algunos Obispos, de las diócesis en las que la Asociación ha ejercido servicios pastorales durante los últimos años, solicitados con vistas a una posible apertura de expediente en orden al reconocimiento de la Asociación como Sociedad de Vida Apostólica femenina.

El y Rvdmo. Sr. Obispo de Málaga, D. Antonio Dorado Soto, certifica que las Misioneras de las Doctrinas Rurales son muy conocidas en la Diócesis y que, entre los años 1997-1999, siendo él el Ordinario de la Diócesis, han misionado en las Parroquias de la Sierra de Gibralgalia, Cerralba, Zalea, Igualeja y otros pueblos. Expone que ha podido comprobar en ellas las excelentes cualidades que tienen (…) para el trabajo pastoral y evangelizador, especialmente en ambientes rurales para los que no es fácil encontrar personas disponibles. Corroboro el espíritu de entrega y sacrificio que las mueve, así como los magníficos frutos alcanzados. De un modo especial destaco y alabo la inestimable riqueza que supone para los pueblos” el hecho de que compartan “la vida de estas zonas rurales, ofreciendo actividades de promoción humana y cristiana, dedicadas con prioritaria atención a las clases más humildes. También con abnegada dedicación visitan a los enfermos, ancianos e impedidos en sus domicilios, cuidan con sensibilidad litúrgica las celebraciones, con humildad inician y fomentan en hombres y mujeres la oración, la devoción al Santísimo Sacramento y a la Santísima Virgen….

D. Rosendo Álvarez, obispo de Almería 1926+2014

El Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Almería, D. Rosendo Álvarez Gastón, desde su conocimiento de la actividad misionera de la Asociación en la Diócesis durante los años 1991-1995, en que fue Obispo residencial, informa elogiosamente sobre su entrega y termina su escrito con las siguientes palabras: Estoy convencido de que es una Obra de Dios, promovida por el Espíritu Santo. El número de miembros creo que no debiera ser un obstáculo para el reconocimiento de esta Obra.

D. Juan García-SantaCruz, obispo de Guadix (1933+2011)

 

Juan García-Santacruz Ortiz, Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Guadix, ha podido conocer los resultados de la actividad misionera de los miembros de las Doctrinas Rurales en tres parroquias dentro del territorio diocesano, entre los años 2002-2006. Manifiesta por escrito, el 16 de Abril de 2006, que ha podido comprobar “los frutos extraordinarios que se consiguen con su trabajo de formación humana y cristiana con las señoras; catequesis con niños, adolescentes y jóvenes, particularmente como preparación a la Eucaristía, Confirmación, y Unción de Enfermos; las conferencias a personas mayores; las visitas a enfermos, ancianos e impedidos en sus domicilios; el esmero y animación de las celebraciones litúrgicas en domingos y festivos y tiempos litúrgicos; a la iniciación y acompañamiento en la oración, el fomento a la devoción al Santísimo Sacramento y a la Santísima Virgen María y, sobre todo, su presencia testimonial con actitud de humildes servidoras del Evangelio.

D. Ramón del Hoyo, obispo de Cuenca

El Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Jaén hasta 2016, D. Ramón del Hoyo López, anterior Obispo de la Diócesis de Cuenca, manifestaba: “A mi entender es una obra claramente inspirada y animada por el Espíritu Santo que bien merece el apoyo y el reconocimiento de la Iglesia, a la que se entregan (sus miembros) por completo…”. Asegura, más adelante, en su escrito, que su parecer es favorable “para que se inicie el correspondiente expediente canónico sobre su reconocimiento como futura Sociedad de Vida Apostólica (…). Entiendo que no sólo existen garantías de continuidad y madurez en su carisma, sino que ello supondría, además, a mi entender, un nuevo despertar vocacional, dando mucho más a conocer un carisma que considero de máxima actualidad y con evidentes perspectivas de futuro…”.

 

D. Rafael Palmero Ramos, obipos de Orihuela-Alicante

El y Rvdmo. Sr. Obispo de Orihuela-Alicante, D. Rafael Palmero Ramos, conoció a las Misioneras de las Doctrinas Rurales durante el tiempo que tuvo encomendada como Obispo la Diócesis de Palencia, y después en Orihuela Alicante. Escribe sobre ellas que, en las parroquias en que misionaron, dieron un impulso fuerte a la vida cristiana de los mayores, jóvenes y niños. Vivieron plenamente insertadas en las familias de estas comunidades y dieron un ejemplo esplendido de dedicación, desprendimiento y cercanía a los más pobres y necesitados, con un celo apostólico ejemplar. Advirtió siempre en las Misioneras, asegura también, un gran espíritu evangélico y una fidelidad absoluta al Magisterio de la Iglesia y a la persona del Santo Padre y del Obispo Diocesano, según el espíritu de su Fundador.

 

 

D. Juan Antonio Reig Plá, obispo de Castellón

Juan Antonio Reig Pla, Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Alcalá de Henares, lo fue anteriormente de la Diócesis de Segorbe-Castellón, informa asimismo sobre las Misioneras de las Doctrinas Rurales durante su permanencia en la Diócesis de Segorbe-Castellón, que, en su trabajo apostólico, llama la atención su sencillez y generosidad, su intensa vida de fe, alimentada en las fuentes de la Palabra de Dios, la oración y los sacramentos, particularmente su piedad mariana y eucarística. Ofrecen también actividades de promoción humana (…); atienden y visitan a ancianos, enfermos e impedidos en sus propios domicilios, llevándoles el consuelo de la fe y el testimonio de la caridad….